jueves, 6 de agosto de 2009

Carbón en cueva.

En el mismo lugar
un trozo de carbon llameante
encadenado a su destino
se olvida de la condena
ha decidido arder para siempre
como si en ese estado naciera
limpia el polvo y hace su hogar
el unico lugar que conociera.
No espera cartas ni noticias
chismes ni rumores.
Y seguro no saldrá cantando
que pronto vienen días mejores.
Dentro de su espacio
solo quiere paz.
De olvido y calma
eterna ya.
Porque no teme al tiempo
tiene su amor decorado
granáte de la cabeza al suelo
para recordar que fue
que sintió y vivió latente
sabiendo que mucho amó
y esperó sin desesperar.
Ahora detenido el tiempo
tiene todo el que se quiera
para contemplar el cielo
para envenenar sus flechas
e inflamar a sus congeneres
con disparos de horror
y se enciendan
para que por un momento
se olviden de su condena
y marcados, calmos, sonrientes
terminen en el piso en su cueva
pacificos e inconscientes.

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