Vino el fauno a preguntar por mi cordura
resaltando mi tristeza
Le comenté de tu crueldad
mientras meneaba su cabeza
Y me miraba como quien ve a un loco
o a un gran disparate, con pereza
Le vi a los ojos, pregunté por qué
El por qué de tu frialdad y tu belleza
Me dijo: Es que tu miras y no piensas
Que lo que ves
existe sólo en tu cabeza.
Le dije ¿Entonces bello es lo que veo?
Contestó: No ves. Y es lo que temo
mientras un ángel buscas en el cielo
haz hundido profundo tus pies en el infierno
Y cuando lloras no lloras de tristeza
lloras como aquel niño
que ha perdido su paleta
no por falta de amor ni de cobijo
sino por hacer una rabieta.
Y dije ¿Entonces por qué duele?
El amor, como si lo tuviera
Dijo: Porque lo has soñado dormido
teniéndole siempre a tu vera.
