hoy hago homenaje
ala chica contorsionista
del barrio de alcantarilla
y que no vi mas que una vez
a su hermana la casada
que se olvidaba las formas
dentro de algun chevrolet
a su prima la suicida
que sabia morir de tristeza
y a los hijos y maridos de todas ellas
a la mesera de algun cuento
de los patines de Jersey
a la chica de cafeteria
pero no de restaurant
que servia té con una mano
y quitaba el café con la otra
a la niña boba que las usaba bien
y al marido soltero las cuido
de la noche de invierno al festival anual
a los porteros de manicomio
los enfermeros pacientes
y parientes crueles
que no las dejaron perder
y las vieron abrir su rosas
o cubrirse de rocío
en sus tardes florares solas
aferradas cada una
a un recuerdo diferente
de un ser humano distante
hasta llegar el invierno.