pasajeros tristes derruidos
escurren delirantes por la borda
son los llantos de un amande que dolido
espera le devuelvan a su esposa
a las olas inmundas de espumas opalinas
al fondo cenagoso de este canal que empapa
las tardes vespertinas de tristezas y lágrimas
largo tiempo ha pasado desde esa noche amarga
en que firmó el divorcio y se llevó su carga
ella se fue llorando y dandole la espalda
a su ternura suave y a ese dolor que llama
desde las tardes tristes lo vuelvan a su jaula
y para siempre lo saquen
de esta habitacion blanca
y lo lleven con ella
y ya no vea su espalda
mas que para ofrecerle
lo que entre de ella guarda
y ya no volver nunca a este cuarto de almohadas
lugar de la locura
de este penar que mata.
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